Peligros de las botellas de plástico



Siempre se ha escuchado que las botellas de plástico son de un sólo uso, y que no podíamos rellenarlas, ya que podían perjudicar nuestra salud, pero ¿es realmente cierto?, o ¿sólo es uno mas de esa multitud de leyendas urbanas que existen?.
Quiero empezar diciendo que no soy ningún experto, y que esta entrada ha surgido por interés personal y por preparar mi trabajo (soy profesor de secundaria).
Siempre he escuchado que las botellas de agua, de plástico, se degradaban con el tiempo. Así, si las rellenábamos una y otra vez, llegaban a contaminar el líquido que contenían, pues desprendian unas sustancias tóxicas.
Vamos a empezar hablando de los plásticos, también llamados polímeros. Suelen ser materiales artificiales creados por el ser humano, utilizando el petróleo como materia prima (también hay polímeros naturales). Hoy día se usa el plástico para todo; desde un vaso hasta la ropa, y hay una gran variedad de plásticos, que podemos clasificar en termoestables, termoplásticos y elastómeros, según la forma de sus moléculas. No todos los plásticos son reciclables (no es lo mismo reciclable que reutilizable); en concreto, los que se pueden reciclar son los termoplásticos, que por este mismo motivo, suelen indicar, en el propio objeto, mediante un triángulo de Moebius (simbolo internacional del reciclaje) con un número o unas siglas, el plástico del que se trata.
La mayoría de las botellas de agua están fabricadas con Polietileno Tereftalato (PET), que es un plástico termoplástico con gran resistencia a los agentes químicos, estabilidad a la intemperie y alta rigidez, entre otras características.

En la Unión Europea, los materiales en contacto con alimentos están regulados por una estricta normativa. Según esta regulación, "no deben ceder sus constituyentes a los alimentos en cantidades superiores a las establecidas. Para ello, se establecen límites de migración específica, para determinadas sustancias, y límites de migración global, así como los ensayos de migración para demostrar la conformidad del material". Esta exigente legislación está en constante revisión, a lo que se dedica la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN).
De esta forma, el material plástico que compone la botella (PET) puede ceder al agua ciertos compuestos potencialmente tóxicos, pero en condiciones normales no sería peligroso para la salud. Así, por ejemplo, el PET podría contener: Antimónio (un metal pesado) y distintos Ftalatos (aditivos que se añaden a los plásticos para hacerlos más flexibles). que podrían pasar al agua, pero mirando un estudio realizado por Eroski Consumer en 2007, éste concluyó que las trazas de estos materiales en varias marcas de agua envasada de España, estaban muy por debajo de los valores permitidos, resultado compartido por otro estudio del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA), del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Así que si creemos que las autoridades velan por nuestra salud, y en la bondad de estos informes, todo bien, ¿no?. Pues no. Resulta que los expertos consideran que el auténtico inconveniente de rellenar las botellas es el peligro microbiológico. Según El Ideal, "Una botella de plástico puede contener más gérmenes que un váter".
Resulta que una botella de agua abierta se convierte en un lugar ideal para que cualquier bacteria (del ambiente o de nuestra propia boca) anide dentro de ella, especialmente si la superficie no es completamente lisa, como suele ser el caso; de todas formas, como estas botellas están diseñadas para un sólo uso, se utiliza una lámina muy fina de plástico, que no es muy resistente, y que puede ser arañada, o se le pueden hacer fisuras (o microfisuras) fácilmente, y en estos huecos pueden instalarse bacterias y hongos.
Para finalizar, un consejo, si quieres reutilizar una botella, ya sea de plástico o de vidrio, debes lavarla convenientemente antes.





Comentarios